Este conjunto de formaciones rocosas y acantilados está situado dentro del municipio de Lagoa, cerca de Carvoeiro, en el Algarve. Se encuentra a tan sólo 20 minutos en coche de Armação de Pêra y es considerado uno de los mejores miradores de Portugal. Cuenta con impresionantes grutas, pasadizos y cuevas. Es un magnífico ejemplo de la obra de la Madre Naturaleza.
Un paraje de otro planeta
Su nombre se traduce, literalmente, como cavidad seca. Esto se debe a la presencia de varias cavidades naturales que, aunque están cerca del mar, pueden parecer secas en ciertos momentos y condiciones climáticas.
Históricamente, estos acantilados han sido utilizados por pescadores locales. Las cuevas y grutas ofrecían refugio y eran puntos estratégicos para las actividades pesqueras. Los pescadores solían utilizar estas formaciones naturales como escondites o lugares para almacenar sus botes.
El Algar Seco alberga una gran diversidad de flora y fauna y su rico fondo marino lo convierte en un lugar muy popular para el buceo.
Sus cuevas marinas son un atractivo especial. Algunas de ellas son accesibles sólo en barco. La más emblemática es A Boneca (La Muñeca), y para llegar hasta ella se atraviesa un túnel que finalizan en la cueva con dos enormes ventanas circulares que dan al Atlántico, es alucinante.
Hay un sistema de grutas y pasadizos que conecta el mirador con la zona baja, accesible por escaleras talladas en la roca. Desde allí se obtienen puestas de sol espectaculares. El agua en la zona es tan clara que, en dias tranquilos, se puede ver el fondo marino desde los acantilados.
En este área existen varios senderos que permiten a los visitantes explorar la costa y disfrutar de las vistas espectaculares. Uno de los paseos más conocidos por eta zona es el que lleva desde Carvoeiro hasta Algar Seco, donde se pueden observar las espectaculares formaciones desde diferentes ángulos.
En 2014, se inauguró una pasarela de 570 metros que permite caminar con seguridad por los acantilados y seguir este este pintoresco sendero que discurre desde la Capela de Nossa Senhora da Encarnação (Carvoeiro).
La pasarela termina en Algar Seco, pero el sendero por los acantilados continua hasta la Praia do Vale Covo e la Praia do Vale de Centanes, donde empieza la ruta dos Sete Vales Suspensos.
Curiosidades, leyendas y mitos
Refugio de contrabandistas
En el siglo XIX y principios del XX, el Algarve tenía un intenso contrabando de tabaco, café y alcohol desde Marruecos y Gibraltar. Las cuevas y túneles del Algar Seco eran ideales para ocultar mercancías y escapar de la vigilancia costera.
La cueva de los pescadores
Se dice que, en días de tormenta, pescadores locales se refugiaban dentro de las grutas de Algar Seco hasta que el mar se calmara. Algunos ancianos de Carvoeiro recuerdan historias de pasar la noche allí con fuego improvisado y redes secándose.
La leyenda de la “Moça Encantada”
Como en otros puntos del Algarve, existe la leyenda de una doncella encantada que aparece en las noches de luna llena sobre los acantilados, peinando su largo cabello dorado. La tradición dice que es el espíritu de una joven que esperaba a su amado marinero y nunca lo vio volver.
Pesca y supersticiones
Antiguamente, algunos pescadores evitaban pasar justo bajo ciertas grutas del Algar Seco porque creían que traían mala suerte y ahuyentaban los bancos de peces.
El nombre “Boneca”
La famosa roca con dos “ventanas” recibe su nombre porque, desde el mar, su silueta recuerda a una muñeca con cabeza y vestido. Los pescadores fueron los primeros en usar ese apodo, y con el tiempo se quedó como nombre oficial del mirador.
La leyenda del Carvoeiro
Esta leyenda es una adaptación de la historia de amor entre la princesa Alfanzina y el joven Carvoeiro, quienes se conocieron en secreto en Algar Seco, un lugar de impresionante belleza natural. El padre de la princesa, el rey moro, descubrió el romance y, enfurecido por la desobediencia de su hija, mató a Carvoeiro. La princesa, abrumada por el dolor, se refugió en el lugar de la muerte de su amado, y sus lágrimas crearon las formaciones rocosas conocidas como «A Boneca», uno de los atractivos de Algar Seco.
Diario D -- Daniele Leoz 