Mazonovo, el mayor museo de molinos España

El Museo de los Molinos se encuentra en un espectacular enclave natural a orillas de los ríos Turía y Cabreira, en la localidad asturiana de Mazonovo, a 400 metros de Taramundi y 30 kilómetros de Playa de las Catedrales. Es el mayor museo de molinos de España y está incluido en la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Tierras de Burón.

Este museo es un ejemplo de patrimonio preindustrial vinculado a la cultura y paisaje de la zona. Allí se puede vislumbrar la evolución tecnológica que han pasado los molinos a lo largo de la historia. Además, se les puede ver en funcionamiento e interactuar con los molinos, incluso participar de su manejo a la hora de ponerlo en marcho o realizar la molienda.

Encontraremos en el recinto antiguos molinos (los más importantes de Taramundi) que han sido restaurados con el objetivo de dar a conocer los ingenios y utensilios utilizados por nuestros antepasados, así como las actividades relacionadas con estas máquinas.

Los restauradores de estos magníficos molinos han instalado una serie de reproducciones de molinos, desde el más antiguo hasta ejemplares actuales, para que podamos apreciar su  evolución a lo largo del tiempo.

El conjunto forma parte del programa “El Hombre y la Biosfera” iniciado en 1971 por la UNESCO, que tiene como objetivo conciliar la mentalidad y el uso de los recursos naturales. Fue incluido por su interés científico, en las que existe un equilibrio entre el desarrollo económico. La conservación de la biodiversidad, existiendo una relación equilibrada entre los seres humanos y la naturaleza.

El museo es de titularidad privada cuyos propietarios constituyen la cuarta generación de una saga de molineros. La financiación (investigaciones, gastos de explotación, gastos de mantenimiento, etc.) dependen exclusivamente de la venta de entradas y, en una pequeña medida, de la venta de los excedentes de energía de la minicentral hidroeléctrica que suministra la energía al museo.

Su Historia

La historia de este museo empieza a finales del siglo XIX, cuando Manuel López-Cancelos López, emigrado a Argentina, retorna a España y decide invertir los ahorros conseguidos allí en la construcción de un molino de maquila. Manuel es carpintero y albañil y gran conocedor de los molidos ya que su padre disponía de uno.

Elige a Mazonovo como el terreno ideal dado su ubicación estratégica para conseguir clientes, por ser una encrucijada de varios caminos que conducían a aldeas cercanas y a la capital, Taramundi.

Adquiere los terrenos en 1899 y con el pasar de los años va ampliando las instalaciones, pese un pequeño parón del proyecto a causa de la guerra civil. Tras el conflicto sigue con las ampliaciones, entre ellas la construcción de un nuevo edificio, que albergará la hidroeléctrica, (actual Edificio 3) en la margen derecha del río y también del acueducto.

Los molinos se mantuvieron en explotación hasta principios de los años 90 y la central suministró energía al núcleo de Taramundi y pueblos del alrededor hasta el año 1982, aunque siempre estuvo en funcionamiento suministrando energía a la vivienda del propietario.

En 1997, sus nietos deciden transformar el Edificio 3 en un museo, que finalmente abre sus puertas en 1998. Tras esta primera fase se siguieron otras, como la construcción de los molinos: asiático, brasileño, de mazos y la recuperación desde sus cimientos del primitivo molino de su abuelo.

Han remodelado el canal de abastecimiento de agua, los miradores y reforzado la toma de agua que ocasionaba serios trastornos en las crecidas del rio. También han hecho una gran inversión en la adquisición del Edificio 1 y su comunicación con el resto del complejo.

El Museo de los Molinos de Mazonovo,creado por un emigrante español retornado de Argentina y continuado por su hijo y nietos en Taramundi, es un gran ejemplo de dinamización rural. La cuarta generación de una familia de molineros ha logrado recuperar esta típica construcción rural, proyecto iniciado por su abuelo, y convertirla en un museo. A día de hoy, así como lo hizo su abuelo cuando empezó, este complejo trasformado en museo, es uno de los pilares motores para la hostelería de la zona. Año tras año atrae a gran cantidad de turistas y gentes, como yo, que van a visitarlo y extienden su estancia para conocer otras villas y su precioso entorno.

Somos la cuarta generación de molineros. Lo era mi bisabuelo, que tenía un molino pequeño en las afueras de Mazonovo, río arriba. Era de maquila. Luego mi abuelo, que emigró a Argentina y que era también albañil y carpintero, lo reparó a su vuelta y lo amplió y montó la primera central eléctrica que dio luz a Taramundi en 1930. Finalmente mi padre continuó la molienda y siguió ampliando las instalaciones hasta crear una nueva central eléctrica

Carlos López-Cancelos Rodríguez, nieto de Manuel (La Nueva España, 02/08/2018).

La Visita al Museo

En la visita al museo uno se convierte en protagonista, dado que en la mayoría de los molinos se necesita su manipulación para ponerlos en marcha.

Son 19 los molinos que componen el museo de los cuales 8 son manuales, 6 hidráulicos, 3 específicos para los más peques y 2 especiales. Éstos últimos a tamaño natural, expuestos en perfectas condiciones para la compresión de los diferentes elementos que componían las construcciones.

Y junto a los molinos se encuentran unos cajoncitos con trigo para que el visitante pueda moler y comprobar el esfuerzo que suponía la molienda en tiempos ancestrales.

La visita al museo pasa por todos los molinos, algunos están en dentro de los edificios (molinos manuales e hidráulicos, y otros en el exterior (molinos de percusión, chino o asiático y brasileño). Se la puede dividir en cuatro partes:

Edificio 1: proyección de audiovisual donde nos hacemos una idea del proceso evolutivo de los molinos.

Edificio 2, o primitivo: del siglo XIX, ahora restaurado. En esta parte se puede experimentar y manipular los molinos de mano y 3 hidráulicos, alguno de los más rudimentarios.

Paseo Exterior: 200 metros de caminata a lo largo del canal de abastecimiento, hasta llegar al embalse de donde parte. Aquí se encuentran una serie de molinos de percusión, el molino asiático y el molino brasileño. Por este camino también están dos miradores desde los cuales se puede divisar una impresionante cascada, creada de forma artificial para desviar el curso del rio y poder abastecer de agua al conjunto. A la vuelta se cruza por encima del acueducto.

Edificio 3: dispone de una minicentral eléctrica, que suministra energía al museo. Dispone de la central eléctrica antigua, un molino en funcionamiento y otro desmontado para que el visitante pueda apreciar su mecanismo, todas sus partes, paneles con herramientas y útiles del molinero.

Tarifas entradas al Museo (Tarifas de 2021)

Mayores de 10 años: 4,90€

Menores de 10 años: 2,90€

Grupos (+20): 3,40€

Colegios: 2,90€ (de 1 de marzo a 30 de junio y de 15 de septiembre a 10 de diciembre)

* Está prohibido el acceso de mascotas al interior.

Consulta los horarios pinchando aquí.

Plano del Museo

referencias y enlaces de Interés

Taramundi, la villa forjada en hierro

Turismo Asturias: “Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón”

Web de Mazonovo

La Nueva España (2018): “Cuarta generación de molineros”

Galicia Digital (2021): “Museo de molinos de Mazonovo”

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