Esta pequeña ciudad, situada a las orillas del río Mosa y al borde de las montañas de las Ardenas, es uno de estos secretos bien guardados que nos podemos encontrar en Bélgica. Es uno de los pintorescos rincones de Valonia, región de castillos, abadías, historia, naturaleza, rutas de cerveza e inigualables paisajes.
Dinant es un sitio ideal para tener como base para explorar todo el valle del río Mosa, uno de los recorridos más atractivos del país. La belleza de este valle recuerda a los valles del Mosela y del Reno en Alemania, con la diferencia de que allí no nos deparamos con cantidad de turistas y atascos durante el verano.
Es conocida en Bélgica por ser el lugar de nacimiento de Adolphe Sax, el inventor del saxofón y por la histórica Batalla de Dinant, también llamado Masacre de Dinant ocurrida en la I Guerra Mundial.
Pero aparte de todo esto, nos ofrece a los visitantes una mezcla de cultura, historia, naturaleza, patrimonio y cerveza. ¡Sí, lo has leído bien, cerveza!
¡Empecemos!
A pocos metros de llegar a Dinant somos recibidos con una cálida bienvenida por la impresionante Roca Bayard que se encuentra en acceso desde Anseremme. Es, definitivamente, el portal natural más alucinante por el que he pasado nunca.
Tiene 40 metros de altura y su nombre está asociada a una leyenda que dice que se formó cuando fue dividido por el caso de Bayard, el caballo mágico gigante que llevaba a los 4 hijos del Duque Aymon (príncipe de Ardenas). Según el relato, cuando los hermanos, montados sobre el corcel Bayard, se vieron atrapados junto al río Mosa cabalgaron sobre la elevada montaña y el caballo se impulsó para cruzar el río de un salto, y su fuerza partió la gran roca.
Ya los hechos históricos nos afirman que entre estas rocas había un pequeño agujero, abierto por los soldados de Luis XIV, en 1698, cuanto intentaban invadir Dinant.
El puente Charles de Gaulle nos conduce al centro de Dinant, homenajea al ex presidente de Francia y al hecho de que allí, recibió un disparo en la pierna durante la gran batalla en Dinant en agosto de 1914.
La ciudad es preciosa, pequeña pero bellísima. Lo primero que nos llama la atención son los muchos saxofones que adornan sus calles, incluso su puente, y pronto descubrimos el motivo.
Resulta que uno de los hijos ilustres de Dinant es nadie menos que Adolphe Sax, el inventor del saxofón (1838). Su museo, Maison de Monsieur Sax, se encuentra en el centro y la entrada es gratuita. A la entrada está una estatua de Adolphe Sax y dentro podemos encontrar y una muestra algunos de los primeros saxofones y la historia de la vida del inventor.
Siguiendo en el centro de la ciudad podemos visitar la peculiar Colegiata de Notre-Dame. Esta iglesia gótica fue reconstruida después de que la iglesia románica original fuera aplastada, en el año de 1227, por la caída de rocas del acantilado de Dinant que se encuentra a sus espaldas.
Este trágico suceso llevó a la construcción de una nueva torre (gótica) que alcanza sus 68 metros de altura. La puerta de piedra arenisca en el lado norte es lo único que queda de la iglesia original. En el interior, la iglesia tiene enormes techos abovedados y varias impresionantes vidrieras. La iglesia también fue quemada en 1466 a mando del Duque Felipe Bueno de Borgoña y su hijo, Carlos el Temerario, como castigo a los habitantes de Dinant.
Aunque la estructura que vemos hoy es fruto de la reforma realizada en 1227, el campanario en forma de cebolla que se encuentra en el centro de la iglesia fecha del año de 1556. El interior del templo está distribuido en tres naves, una capilla con pila bautismal (1472) y pórtico románico (siglo XIII). Saliendo de la Colegiata echamos el ojo arriba y vislumbramos la Ciudadela de Dinant.
Sus inicios remontan el año de 1040, cuando el Príncipe Obispo de Lieja construye un castillo fortificado en este recinto. En 1466 el castillo es devastado y su reconstrucción se da hasta el año de 1523.
Entre los años 1675-1698, cuando la ciudad estaba bajo el mando del rey de Francia, Luis XIV, el arquitecto Vauban le da un cambio importante, pero será solamente en 1818, cuando se derruye totalmente el castillo, que se alza la fortaleza tal y como la vemos en la actualidad.
Esta fortaleza forma parte de las llamadas “Ciudadelas del Mosa”. Se puede subir para visitarla por una escalera de 408 escalones, del año de 1577; tomando el teleférico cerca de la iglesia, o en coche. Estando allí se puede realizar una visita guiada y conocer su historia, recorrer el Museo de Armas y apreciar una gran vista aérea de Dinant desde la cima del acantilado.
Tampoco uno puede salir de Dinant sin realizar un paseo de barco por el río Mosa. Y qué mejor tras relajarte de un crucero que disfrutar de una cervecitas. Para ello, solamente hay que acercarse al Maison Leffe para degustar sus deliciosas cervezas. La Leffe es una de las cervezas belgas más conocidas internacionalmente.
El Museo es una abadía secular y en el precio de la visita está incluido el recorrido por el museo, una cata de tres tipos de cerveza y una copa estilizada de regalo.
Otra actividad muy chula, que realizamos en Dinant, fue la visita a la Grotte La Merveilleuse. Es una cueva subterránea ubicada muy cerca de la estación de tren en Dinant. Es pequeñita y está apta para todas las edades y formas físicas. El primer tramo del recorrido cuenta con 120 escalones y para salir otros ciento y tantos nos esperan.
Tiene un terreno irregular, así que lo ideal es llevar zapatos cómodos. Ya sabéis como son las cuevas, si no o lo cuento, húmedas y gotean por todas partes. Con lo cual, si queréis salir impolutos de una visita a una cueva llevar siempre botas/zapatillas gore-tex y chubasquero.
Por último, comentaros de un evento muy curioso que se realiza en la ciudad. Se llama “Régate de Baignoires” (Regata de Bañeras) y tiene lugar 15 cada de agosto en Dinant. Es una carrera náutica internacional, y folclórica, de bañeras que se lleva a cabo desde 1982.
Los concursantes decoran las bañeras de forma muy original, y con una buena dosis de buen humor, y bajan una distancia de un kilómetro del río Mosa. Los competidores sólo pueden utilizar la fuerza humana para mover las “embarcaciones”.
Más de 25 mil personas se desplazan a Dinant cada año para asistir al evento que ya tiene un récord Guinness, por llevar a 129 personas en el mismo barco. Os dejo un vídeo abajo, prestado de Stéphane Charles, que ha registrado la gran movida de la ciudad en la regata de 2012.
No hemos coincidido con el evento y me he quedado con muchas ganas de verlo, así que ya tengo mi excusa para volver, y espero que este artículo os haya animado a explorar las bellísima Bélgica, pues Dinant es uno de los muchos encantadores lugares de este país.
ALBUM COMPLETO DE DINANT